Bizcocho de Calabaza Esponjoso: La Auténtica Receta de la Abuela

¿Qué Hace Especial a este Bizcocho de Calabaza de la Abuela?

El bizcocho de calabaza casero, siguiendo la receta de la abuela, es más que un simple dulce. Es especial porque:

• Tiene una textura increíblemente esponjosa y jugosa, gracias al toque de la calabaza y los secretos de su preparación.
• Su sabor es dulce y delicado, con el aroma característico de la calabaza y un ligero toque cítrico de la naranja.
• Es una receta tradicional que nos conecta con los sabores auténticos de la cocina casera.
• Resulta sorprendentemente fácil de preparar, incluso si no tienes mucha experiencia en repostería.

Si quieres aprender cómo hacer el bizcocho de calabaza de la abuela que siempre sale perfecto y conquista a todos, ¡sigue leyendo!

📝 Ingredientes para el Auténtico Bizcocho de Calabaza de la Abuela

Para este bizcocho de calabaza, receta de la abuela auténtica, ella siempre elegía ingredientes sencillos pero de buena calidad. Aquí tienes lo que necesitarás (para un molde de unos 22-24 cm de diámetro, rinde 8-10 porciones):

Para la Calabaza:

• Calabaza: 150 g (peso ya pelada y sin pepitas). La variedad cacahuete o butternut es ideal.
• Mantequilla: Una nuez (unos 15-20 g) para rehogar la calabaza.
• Ralladura de Naranja: La piel de 1 naranja (solo la parte coloreada).

Para la Masa del Bizcocho:

• Huevos: 4 tamaño L (a temperatura ambiente).
• Azúcar: 120 g (blanquilla o moreno).
• Miel: 3 cucharadas soperas.
• Mantequilla: 130 g (a temperatura ambiente, tipo pomada).
• Harina de Trigo: 200 g (común, todo uso).
• Levadura Química: 1 sobre (16 g, tipo Royal).
• Colorante Alimentario Naranja: Una pizca (opcional).

Necesario para el Molde:

• Un poco de mantequilla y harina para engrasarlo.

✅ Preparación Paso a Paso del Bizcocho Esponjoso de Calabaza

1. Preparamos la Calabaza (El Toque Secreto de la Abuela)

   Este primer paso es fundamental para conseguir la textura y el sabor perfectos que caracterizan al bizcocho de la abuela.

   1. Rallar la Calabaza: Pela la calabaza, retira con una cuchara las pepitas y los filamentos interiores. Luego, rállala utilizando la parte gruesa de un rallador.
   2. Rehogar la Calabaza: En una sartén a fuego medio, derrite la nuez de mantequilla. Cuando esté fundida, añade la calabaza rallada y la ralladura de naranja. Cocina, removiendo de vez en cuando, durante unos 10-15 minutos. Verás que la calabaza se ablanda y suelta parte de su agua. La abuela decía que este paso era para "despertar el dulzor de la calabaza y que se ponga melosita". Una vez tierna, retira del fuego y deja que se enfríe un poco mientras preparas el resto.
   

2. Hacemos la Masa del Bizcocho

   1. Precalentar el Horno: Pon el horno a calentar a 170°C (340°F) con calor arriba y abajo. Si tu horno tiene función de ventilador, la abuela solía recomendar bajar la temperatura a unos 160°C.
   2. Engrasar el Molde: Unta bien el interior del molde elegido (uno redondo de 22-24 cm o uno rectangular tipo plum cake va perfecto) con un poco de mantequilla. Luego, espolvoréalo con harina, asegurándote de cubrir todas las paredes. Dale la vuelta y golpea suavemente para retirar el exceso de harina. Este paso es crucial para que el bizcocho no se pegue y desmolde fácilmente.
   3. Batir los Huevos con el Azúcar: En un bol grande y hondo, casca los huevos y añade el azúcar. Bate enérgicamente con unas varillas eléctricas (o con unas manuales y buen brazo, ¡como hacía la abuela!) durante al menos 5-7 minutos. La mezcla debe blanquear, volverse espumosa y duplicar o incluso triplicar su volumen. "Este es el secreto para que el bizcocho suba y quede bien aireado y esponjoso", insistía siempre.
   4. Añadir la Mantequilla y la Miel: Incorpora la mantequilla (que debe estar blandita, a temperatura ambiente, tipo pomada) y las 3 cucharadas de miel a la mezcla de huevos y azúcar. Sigue batiendo a velocidad baja hasta que estos ingredientes se integren por completo.
   5. Incorporar la Calabaza Rehogada: Añade la calabaza que tenías rehogada y ya templada o fría a la mezcla anterior. Si has decidido usar el colorante naranja para potenciar el color, este es el momento de añadir una pizquita (con la punta de un cuchillo será suficiente). Mezcla suavemente con una espátula o lengua de silicona hasta que se distribuya de manera uniforme.
   6. Tamizar e Integrar los Ingredientes Secos: En un bol aparte, mezcla la harina con el sobre de levadura química (y la canela o nuez moscada, si las usas). Tamiza esta mezcla (pásala por un colador fino o un tamizador) directamente sobre la preparación húmeda. Esto es importante para evitar grumos y conseguir un bizcocho más ligero y esponjoso.
   7. Mezclar con Suavidad (¡No Sobrebatir!): Con la espátula, integra los ingredientes secos a los húmedos realizando movimientos envolventes, suaves y de abajo hacia arriba. Mezcla solo hasta que no veas restos de harina. "Hija, no batas la harina como si no hubiera un mañana, que luego el bizcocho se queda duro como una piedra", era otro de los sabios consejos de la abuela. Un exceso de batido desarrolla el gluten de la harina y resta esponjosidad.

3. Horneamos el Bizcocho y ¡Paciencia para Enfriar!

   1. Verter la Masa en el Molde: Con cuidado, echa la masa del bizcocho en el molde que habías preparado, procurando que se reparta de manera uniforme. Puedes darle unos golpecitos suaves sobre la encimera para asentar la masa y eliminar posibles burbujas de aire grandes.
   2. Hornear: Introduce el molde en la parte central del horno precalentado. Hornea durante unos 40-45 minutos. El tiempo exacto puede variar ligeramente dependiendo de cada horno y del material y tamaño del molde, así que a partir de los 35 minutos, empieza a vigilarlo.
   3. Comprobar la Cocción: Para saber si el bizcocho está perfectamente cocido, pincha el centro con un palillo largo o una brocheta fina. Si sale limpio, sin restos de masa húmeda adherida, ¡está listo! Si, por el contrario, sale con masa, necesita unos minutos más de horneado. Ve probando cada 3-5 minutos.
   4. Enfriar Correctamente: Una vez que el bizcocho esté cocido, sácalo del horno. Deja que repose dentro del molde sobre una rejilla enfriadora durante unos 10-15 minutos. Pasado este tiempo, desmóldalo con cuidado (si es necesario, pasa una espátula fina por los bordes) y colócalo directamente sobre la rejilla para que se enfríe por completo. "La paciencia en el enfriado es tan importante como en el horneado para que no se humedezca por abajo", solía decir la abuela.

🎉 ¡Y ya está! Tu delicioso y esponjoso bizcocho de calabaza receta de la abuela está listo para disfrutar. Ideal para un desayuno especial, una merienda reconfortante o para sorprender en cualquier celebración. ¡Buen provecho y a repetir! 😋

⭐ Consejos de la Abuela para un Bizcocho de Calabaza Perfecto

La abuela tenía sus truquitos para que este bizcocho siempre saliera de rechupete. ¡Aquí te los dejo!

• La Calabaza, el Corazón del Sabor: Para un sabor más intenso y una textura aún más jugosa, la abuela a veces asaba la calabaza en el horno (envuelta en papel de aluminio hasta que estuviera tierna) en lugar de rehogarla. Luego, simplemente la trituraba hasta hacer un puré fino. No obstante, el rehogado con la ralladura de naranja le da ese toque cítrico tan especial y característico de su receta.
• Ingredientes a Temperatura Ambiente, ¡Siempre!: Un básico de la repostería que la abuela nunca olvidaba. Asegúrate de que los huevos y la mantequilla estén a temperatura ambiente antes de empezar. Esto ayuda a que la masa emulsione mucho mejor, resultando en una miga más homogénea y esponjosa.
• El Horno, ese Amigo Caprichoso: "Cada horno es un mundo, hija", decía. Durante los primeros 25-30 minutos de horneado, ¡ni se te ocurra abrir la puerta del horno! El cambio brusco de temperatura podría hacer que tu bizcocho se bajase y perdiera toda su esponjosidad.
• El Reposo es Clave para la Textura: Aunque la tentación de probarlo recién salido del horno sea enorme, la abuela siempre insistía en dejar que el bizcocho se enfríe completamente sobre una rejilla antes de cortarlo. Así, los sabores se asientan, la miga se estabiliza y la textura mejora notablemente.
• Conservación para Disfrutarlo Más Días: Guárdalo en un recipiente hermético o bien envuelto en film transparente a temperatura ambiente (si no hace mucho calor). Así se conservará tierno y delicioso durante 3-4 días. ¡Aunque en casa de la abuela, raramente duraba tanto!

❓ Preguntas Frecuentes

¿Qué tipo de calabaza recomienda la abuela para este bizcocho?

La abuela solía usar la calabaza tipo cacahuete o butternut por su pulpa dulce, poco fibrosa y de un bonito color naranja, ideal para repostería. Pero si tienes otra variedad con buen sabor y textura similar, también servirá. Lo importante es que sea una calabaza sabrosa.

El secreto de la abuela para un bizcocho de calabaza extra esponjoso, ¿cuál es?

Principalmente eran tres cosas, según ella: batir muy, muy bien los huevos con el azúcar hasta que estén pálidos y hayan doblado su volumen; tamizar siempre la harina con la levadura para airearlas; e incorporar los ingredientes secos con movimientos suaves y envolventes, sin sobrebatir la masa una vez añadida la harina. ¡Y el ingrediente secreto que nunca faltaba: una buena dosis de cariño!

¿Puedo usar calabaza ya cocida o en puré comprado para esta receta?

Sí, podrías usar puré de calabaza casero (hecho asando o cociendo la calabaza y luego triturándola) o incluso puré de calabaza comprado (asegúrate de que sea 100% calabaza, sin azúcares ni especias añadidas). Si usas puré, necesitarás unos 150g también. Ten en cuenta que el sabor de la ralladura de naranja se añade durante el rehogado en la receta original, así que si usas puré, añade la ralladura directamente a la masa.

¿Puedo reemplazar la harina de trigo por harina de almendras o una mezcla sin gluten?

Sí, puedes experimentar. Si usas harina de almendras, el bizcocho quedará más húmedo y denso, con un delicioso sabor a fruto seco. Con una mezcla de harinas sin gluten preparadas para repostería también suele funcionar bien, aunque la textura puede variar ligeramente. Quizás necesites ajustar un poco la cantidad de líquido o añadir algún aglutinante como goma xantana si tu mezcla no la incluye. La abuela no solía hacer estas adaptaciones, pero la cocina es para experimentar.

¿Se puede hacer esta receta sin huevos para una versión vegana?

La receta tradicional de la abuela se basa en el uso de huevos, que son importantes para la estructura y esponjosidad del bizcocho. Para una versión vegana, necesitarías usar sustitutos específicos para los huevos (como puré de manzana, plátano machacado, aquafaba o un preparado comercial de "huevo vegano") y también reemplazar la mantequilla por una margarina vegetal o aceite, y la miel por sirope de ágave o arce. Sería una adaptación significativa que requeriría ajustar las proporiones y posiblemente la textura final sería diferente, pero ¡seguro que también deliciosa!

¿Puedo sustituir el azúcar por un edulcorante sin azúcar en esta receta?

Sí, puedes utilizar edulcorantes aptos para hornear si deseas reducir el contenido de azúcar. Sin embargo, ten en cuenta que el azúcar no solo aporta dulzor, sino también contribuye a la estructura, humedad y dorado del bizcocho. La textura y el sabor final podrían cambiar. Sigue las indicaciones de equivalencia y uso del edulcorante que elijas, ya que cada uno se comporta de manera diferente en el horneado.

¿Es posible congelar el bizcocho de calabaza de la abuela?

¡Claro que sí! Una vez que el bizcocho esté completamente frío, puedes envolverlo bien en papel film y luego en una capa de papel de aluminio, o guardarlo en una bolsa de congelación adecuada. Se conserva muy bien en el congelador durante unos 2-3 meses. Para descongelarlo, simplemente déjalo a temperatura ambiente durante unas horas, o si tienes prisa, puedes darle un toque suave en el microondas (pero con cuidado de no resecarlo).

¿Puedo añadirle nueces, pepitas de chocolate u otros ingredientes?

¡Por supuesto! Este bizcocho es muy versátil. Unos 75-100 gramos de nueces troceadas (previamente enharinadas ligeramente para que no se vayan al fondo) o unas pepitas de chocolate semidulce añadidas a la masa justo antes de verterla en el molde le van de maravilla. La abuela a veces le ponía unas cuantas nueces del nogal del jardín, ¡y quedaba espectacular!